El Brachiosaurio era vegetariano. Podía ser más grande que una grúa mecánica y pesar unas 60 toneladas. Vivió en el jurásico. Y las particularidades del ambiente facilitaban la existencia de un animal de su tamaño: las altas temperaturas, la humedad, la escasez de depredadores y la abundancia de alimentos.

Mover un cuerpo de esas dimensiones requería grandes cantidades de energía, que solo podía obtener de consumir a diario varias toneladas de plantas. Su corazón debía ser del tamaño y peso de una motocicleta, para mover más de 1200 litros de sangre.

Con su cuello largo, el Brachiosaurus alcanzaba la mayor cantidad de alimento sin tener que desplazarse y de lugares donde otros animales no podían llegar. Era una ventaja, pero también requería un terrible esfuerzo físico. El alimento podría tardar horas en llegar hasta su estómago o quedarse acumulado allí por días. Las jirafas, por ejemplo, que también utilizan su cuello como arma, como si se tratara de un duelo de esgrima, deben soportar además una presión sanguínea muy alta, que puede crearles trombos y dañar algunos de sus órganos.